Debo decir con alegría que crecí en una familia de lectores, no recuerdo la primera vez que tuve un libro entre la manos, probablemente porque era muy pequeña, pero si tengo recuerdos muy hermosos de mis tíos leyéndome las más fantásticas historias. Se han quedado en mi memoria las tardes de verano acostados en el suelo, ellos interpretando voces y yo pidiendo que repitan una y otra vez esas historias que me encantaban. No estoy muy segura si las historias que me leían eran precisamente hechas para niños (y es que recuerdo algunas con algo de temor), pero inculcaron en mi el amor por los libros, el leer y también el escribir.
Entre los libros que me leyeron y leí cuando era niña, recuerdo uno en especial llamado "El zorro y el conejo" de Ciro Alegría. Este cuento trata sobre un conejo que aparenta ser descuidado y tonto, pero que en realidad es muy astuto y se burla una y otra vez del zorro. Recuerdo que me parecía muy divertido lo tonto que podía ser el pobre zorro, y celebraba las travesuras que hacía el conejo malvado "astuto", con motivo de este post lo leí otra vez y debo confesar que ya no me parecieron tan divertidas aquellas travesuras, pero si me llevó a un tiempo mágico, un momento en mi vida en que fui muy feliz.
*Gracias Dina y Carlos por enseñarme a amar los libros y hacer de mi la lectora empedernida que soy hoy.
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